El amor por los animales llevó a María Ester Medina a ser peluquera canina. Por cosas de la vida no pudo estudiar veterinaria como le habría gustado, pero gracias a su emprendimiento “Pelos Pets” está feliz trabajando en su pasión.
“Tengo una amiga que trabaja como peluquera canina y me contó sobre su trabajo y a mi me encantó. Entonces me decidí y realicé un curso intensivo de un mes, que por el estallido social se alargó un poco más, pero aprendí mucho. Nos hicieron clases de algo de veterinaria para interiorizarse en el tema, de corte y otros cuidados de las mascotas”, recuerda María Ester sobre cómo empezó este proyecto en el cual su marido, Pablo, la ha apoyado completamente.
Así fue como comenzó a atender a perros y gatos de amigos y vecinos el verano del 2020 y ahora ya tiene cerca de 30 clientes permanentes. Todo lo hace en su casa y aunque partió en un espacio muy improvisado, hoy ya habilitó un lugar para atender a sus clientes caninos.
Su servicio lo difundió en un principio a través de la entrega de volantes en la plaza de El Bosque, comuna donde vive y luego siguió a través de Facebook e Instagram.
Esta emprendedora asegura que su sello es el cariño con el que trata a las mascotas y la elección de no doparlos ni ponerles bozal para bañarlos, cortarles el pelo, lavarle los oídos o cortarles las uñas. Este tratamiento de calidad tiene felices a sus clientes, y a sus dueños también.
María Ester sabe que para un emprendedor nunca es fácil el primer año y ella lo ha vivido fuertemente con el estallido social y la emergencia sanitaria del Covid-19. A pesar de las adversidades y de que, debido a la contingencia, han disminuido un poco sus clientes, ella se mantiene positiva, dedicada por completo a sus fieles clientes y trabajando para sacar adelante este “emprendimiento de pelos”.