La historia de esta familia emprendedora comenzó hace dos años cuando Bruno, fotógrafo e ingeniero comercial, estaba cesante y Josie, su esposa que se dedicaba a la venta de autos, estaba de prenatal. Tras aprender de forma autodidacta, Bruno fabricó un mueble para guardar los juguetes de su primer hijo. Al terminarlo, Josie quedó tan impresionada que inmediatamente lo compartió en sus redes sociales y recibió una sorpresa: mucha gente estaba interesada en comprarlo. Así nació su negocio «Pata e´Conejo».
“El juguetero quedó maravilloso, lo publiqué y empezaron a llegar los pedidos. Después hicimos una cuna, camas y, pese a que llevábamos poco tiempo, quisimos mostrar nuestro trabajo en la ExpoBebé 2018. Aproveché mi experiencia en el área comercial de años, aunque en un rubro totalmente diferente, y a ojos cerrados nos lanzamos”, cuenta Josie.
En un principio recibían uno o dos pedidos diarios, pero rápidamente aumentaron a diez. “Fue todo muy potente y por eso tuvimos rápidamente que agrandar y remodelar el taller que teníamos en la parte de atrás de nuestra casa en Quilicura”, recuerda la emprendedora.
Actualmente arriendan un taller en Recoleta y desde hace dos meses le dan trabajo a cinco personas más que están aprendiendo. Según cuenta Josie, buscaron colaboradores que quisieran aprender para enseñarles a trabajar con su sello y brindarles un empleo en un buen ambiente laboral. El objetivo es que el taller siga creciendo y con esa idea, escribieron a Impulso Inicial, programa que los apoyó con maderas para poder aumentar su producción.
Bruno se encarga de la fabricación de los muebles y Josie de la parte textil y administrativa. Cuentan con una gran variedad de productos, entre ellos cómodas, escritorios, balancines, juguetes, entre otros. Muchos de sus productos surgen fruto de sus propias ideas, pero también fabrican una gran cantidad de propuestas personalizadas para sus clientes. Es justamente esta atención personalizada la que hace que se llamen a sí mismos “sastres”.
Este matrimonio de emprendedores asegura que su objetivo es hacer un producto bonito, que esté bien hecho y que ayude a los niños a desarrollar su imaginación. Como se dedican a la venta de muebles para niños, una preocupación importante es afinar las terminaciones para que no impliquen un peligro. Además, cada mueble destaca por sus detalles en tela que confecciona Josie y su tía Mireya, quien le enseñó a coser.
Si bien no tienen sala de ventas, esperan contar con una a futuro. Por ahora venden por redes sociales e incluso cuentan con varios “influencer” o embajadores, que los apoyan con la difusión de sus productos, especialmente en Instagram.
“La experiencia de estar en redes sociales a veces nos complica porque no podemos responder de inmediato, pero la gente lo entiende. Suben fotos e historias con lo que nos compran y hacen que reviente Instagram con más pedidos. Tenemos seguidores felices” asegura Josie.
Hoy en día están trabajando en hacer muebles para adultos, que también buscan crear un lugar especial para ellos en su hogar. Hace poco lanzaron la marca “Casa é Conejo” que ya cuenta con mil seguidores en Instagram y donde ofrecen productos como escritorios, cómodas, sillas, entre otros. Además, en enero de 2021 comenzarán a realizar donaciones a jardines infantiles.
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