Cuando Dante (7 años) comenzó a balbucear sus primeros fonemas, jamás imaginó que su particular forma para referirse a los perros inspiraría el nombre del negocio que hoy sustenta a su familia. Posiblemente, tampoco comprenda todavía que fue él quien inspiró el inicio de esta aventura que comenzó al otro lado de la cordillera. “Babau, todo tela”, es un emprendimiento que nació en Argentina en 2014, como el hobby de una madre primeriza. Hoy el proyecto llega desde Olmué con pañales reutilizables y productos para la maternidad a todo Chile.
“Yo nunca había cosido, ni nada. Estudié otra cosa nada que ver en la universidad, pero de repente me encontré con los pañales reutilizables y dije ‘esto es algo que lo puedo hacer yo’. Así que empecé a coser de a poco en mis tiempos libres, y empecé a aprender cada vez más”, recuerda Tania Benavides, la creadora de la marca que llegó a Chile en 2018.
Aunque el cuidado del medioambiente siempre fue algo que la movilizó, tener a Dante entre sus brazos marcó un punto de inflexión para esta emprendedora. “En un comienzo éramos 10 mamás bicho raro las que hablábamos de esto, pero creo que hoy no existe ninguna familia con hijos que no sepa de qué le estás hablando cuando mencionas los pañales reutilizables”, cuenta con orgullo sobre el impacto que ha tenido esta tendencia.
Pero ganar dinero a través de las ventas no era la única motivación de Tania. Ella también quería que su negocio generara un impacto positivo, por eso se impuso la meta de usar tantos retazos de tela como fuera posible.“Cuando uno hace el pañal te deja una gran cantidad de merma, entonces tampoco tiene mucho sentido que yo compre tres rollos de tela, ocupe lo que necesito para el pañal y el resto lo bote a la basura”. Ante esa problemática, su solución fue comenzar a fabricar también toallas menstruales, pétalos desmaquillantes, discos de lactancia y otros productos que comercializa a través de su página web.
Tras su llegada a Chile, Tania y su marido decidieron que era el momento para que el negocio pasara a ser algo más serio. Ganaron un Capital Abeja de Sercotec que les permitió adquirir maquinaria y mejorar su sitio web, comenzaron a ofrecer sus productos en juntas de vecinos y municipalidades, y consiguieron su primer “gran pedido”.
Sin embargo, el éxito también vino acompañado de las primeras complicaciones. “Empezó el estallido social y ya no había eventos en las municipalidades, era súper difícil salir a hacer gestiones. Yo tenía conversaciones con otros municipios, con otras juntas de vecinos, muchas cosas, y de repente fue volver a cero, pero tenía todavía mucho impulso, muchas ganas y fuerza. Cuando dijimos ‘ahora empezamos de nuevo’… inició la pandemia”.
En medio de esa situación, Tania postuló al programa Impulso Inicial de la Fundación Luksic, lo que le permitió adquirir una máquina de coser con mayores funcionalidades, mejorando sus tiempos de producción y dándole ese apoyo que, junto al aplacamiento de la pandemia, la han llenado de energía para continuar trabajando por su negocio y su familia.
Ante las dificultades, la emprendedora continúa soñando en grande: desea que alguno de sus productos pueda llegar al ajuar Chile Crece Contigo, entregado por el Estado a todas las madres. “Son productos que llegan a las mamás, llegan a las mujeres y si bien algunas puede que no lo necesiten, hay muchas otras que sí. Ese es mi gran objetivo a largo plazo”.