Café de origen y verdadero sabor colombiano

Eimar Giron es colombiano, de una ciudad llamada Buga, famosa por la Basílica del Señor de los Milagros, a la que llegan peregrinos de todo el mundo. Hace 10 años llegó a Chile tras haber decidido viajar al sur del mundo, le “encantó” y se quedó a vivir....

Eimar Giron es colombiano, de una ciudad llamada Buga, famosa por la Basílica del Señor de los Milagros, a la que llegan peregrinos de todo el mundo. Hace 10 años llegó a Chile tras haber decidido viajar al sur del mundo, le “encantó” y se quedó a vivir. Desde entonces vive en Concepción, donde hace 4 años tiene un café que lleva su nombre: Café Girón. 

Durante dos años trabajó como inspector de ruta de la línea de buses interurbanos Biolinatal y cada vez que salía de su turno vendía café a sus colegas o a personas que esperaban transporte en los paraderos. Entonces se le ocurrió la idea de hacer café en sachet con filtro incluido, que sólo necesita agua caliente. Así partió vendiendo.

Se terminó ese trabajo en 2017 y para él fue muy difícil conseguir otro empleo, por lo tanto, se tomó en serio lo del café. “Mi familia en Colombia tiene cafetales, ellos me mandan el café en verde y tostado. Yo creé la marca en Chile y tuve asesoría de Sercotec y la Municipalidad de Concepción, registré la marca y realicé todos los trámites para formalizar el negocio. Mi café es gourmet y de exportación, lo que lo diferencia del resto”, explica Eimar.

Vestido de cafetero, usando poncho y sombrero es como le gusta vender a este colombiano. “Partí vendiendo en una expo de moda, tendencias y emprendimiento, luego en las ferias de las municipalidades de Concepción y de Chillán y también en la Universidad de Concepción, en la Católica de la Santísima Concepción y en la San Sebastián. Además, vendo por redes sociales con despacho a todo Chile y, por supuesto, de lunes a domingo, de 10.00 a 18.00 horas en mi café Girón, ubicado en calle Argentina 590 en Concepción”, relata este emprendedor.

En diciembre de 2019, Eimar instaló su kiosco afuera de su casa, el que tuvo que cerrar al poco tiempo por la emergencia sanitaria. Sin embargo, ha aprovechado estos meses para adaptarlo como un café. “En mi Café Girón tengo máquinas de café de la más sencilla a la que me entregó la Fundación Impulso Inicial. Aún me falta un molino, pero estoy juntando para eso. Así me he estado preparando, mientras vendo con retiro o despacho, a través de las redes sociales”. dice Eimar Giron.

Además de vender café, Eimar cuenta que le encanta  enseñarle a sus clientes a usar las distintas cafeteras, filtros y a preparar un buen café. Asegura que una de las mejores partes de su trabajo es que las personas han aprendido a conocer y tomar el café que vende, el que ha tenido una buena acogida, es reconocido por su calidad y como un verdadero producto gourmet.

“Hace un mes, durante la pandemia aproveché de lanzar dos nuevas líneas de café. A futuro quiero hacer un café de exclusividad, para un grupos máximo de cinco personas y con ellos preparar variedades de café con infusiones. Que sea un lugar de encuentro para hablar quizás de la historia del café”, cuenta este emprendedor del café en el Biobío.

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