¿Cebolla caramelizada, salame y merkén?, ¿o tal vez choclo, palmito y camarones?, ¿pino de locos y queso? Son decenas las combinaciones que cada semana los clientes de “Bendita Empanada” le encargan a la emprendedora de la Región de Valparaíso, Carolina Bahamondes de 39 años.
Hace cuatro años, Carolina decidió crear su propio negocio de empanadas utilizando el horno de su casa y vendiendo a vecinos del sector de Quintero, donde vive junto a su familia. “Mi marido y yo nos habíamos quedado sin trabajo. Como yo previamente había trabajado en el sector gastronómico, se me ocurrió empezar a vender empanadas porque era lo que tenía más a mano para generar ingresos”, cuenta la emprendedora.
Con el tiempo ha ido perfeccionando la receta de su masa y descubriendo las combinaciones que más le gustan a las personas. “Me costó bastante, pero hoy puedo decir con orgullo que logré llegar a la masa perfecta. Mis clientes dicen que se siente sabrosa, tiene el toque casero”, asegura Carolina.
Una de las características de su negocio es la gran variedad de sabores que ofrece. Además de las tradicionales pino, queso y napolitana; las personas también pueden optar por mechada queso, pino loco, pino loco camarón, reineta queso, entre otras.
Adicionalmente, desde hace algunas semanas decidió innovar y ofrecer la opción “ármela usted mismo”, en la que los clientes pueden personalizar su empanada con ingredientes como aceitunas, tomate, pimentón, carne, ostión, palmitos, jamón, salame, cebolla caramelizada, choclo y merkén. “Siempre digo que uno tiene que ir innovando. Me ha ido muy bien desde que implementé esa alternativa, pero sin duda la empanada preferida de los clientes sigue siendo la de loco”, dice la emprendedora.
Si bien cuando comenzó vendía principalmente a sus vecinos y en cantidades pequeñas, actualmente se levanta todos los sábados a las 6:30 para amasar y preparar cerca de 250 empanadas que cada semana vende a sus clientes y en algunos negocios de la ciudad. “Mi emprendimiento ha crecido un montón. Ahora ya tengo hornos industriales, mesones de acero inoxidable, coolers y la gente me conoce. Vendo por redes sociales y tengo muchos clientes fieles que me compran todos los fines de semana”, asegura.
A pesar de contar con mejores herramientas, la mayor cantidad de pedidos seguían significando un gran esfuerzo para las manos de Carolina, que algunos días tenía que amasar hasta 15 kilos de harina. Fue así como a principios de 2021 postuló a Impulso Inicial, programa de Fundación Luksic que apoya a emprendedores y deportistas. “Encontré Impulso Inicial en Facebook y vi que entregaban distintos tipos de ayuda. Ellos me apoyaron con una revolvedora que facilita y agiliza mucho mi trabajo”, cuenta la emprendedora.
Carolina dice que una de las claves para el éxito de su negocio ha sido contar con el apoyo de su familia. “No trabajo sola. Mi pareja, Mario García, ha sido un pilar fundamental para salir adelante con este negocio. Él trabaja de lunes a viernes, pero sábado y domingo me acompaña. Mis hijos también, tienen 5, 10 y 12 años y entienden que a pesar de que la mamá está en la casa, este es mi trabajo. Es un esfuerzo de la familia entera y creo que eso es algo que pasa con todos los emprendedores”.
Para el futuro, Carolina tiene una meta muy clara para su negocio: contar con un local donde ofrecer sus productos. “Deseo tener un espacio donde las personas puedan, además de comprar sus empanadas para llevar, sentarse y disfrutarlas ahí mismo. Me visualizo en mi local trabajando en esto. Es un sueño, pero sé que lo voy a lograr”, asegura la emprendedora.